LA VUELTA 2021

ESFUERZO LOGÍSTICO, HUMANO Y ORGANIZATIVO DE M2 PARA UNIPUBLIC.

Noviembre de 2020. Terminaba la Vuelta del COVID entre las preciosas luces del otoño y los nubarrones de otra oleada de contagios. En Madrid, última etapa de aquella convulsa edición, ya estábamos pensando en cómo gestionar la edición de las catedrales, La Vuelta 2021.

Un gran evento de este tipo supone 2 road shows ambulantes simultáneos (salida y meta): son montajes express dignos de una contrareloj, caravanas de camiones infinitas serpenteando en sinuosas carreteras de montaña. Son nueve meses previos coordinando junto a Unipublic a todas las autoridades locales, patrocinadores y servicios logísticos. Meses de “preVueltas” a La Vuelta para dejar muy poco a la improvisación.

Salida’s city

La salida exige 3 kilómetros de vallas delimitando el parking de equipos, zona patrocinadores, zona VIP y zona presentación de equipos. Es una pequeña ciudad, con sus barrios, vías de acceso y estructuras emblemáticas. El corazón de esta urbe trashumante lo compone dos motortruck VIP unidos por una carpa central en donde se instala mobiliario, escenarios, sonido e imagen al servicio de patrocinadores y organización.

Y los ciclistas, verdaderos protagonistas, reciben el cariño local en su paseo blindado desde sus autobuses de equipo hasta nuestro escenario lleno de luz, sonido y espectáculo. Con el corte de cinta, el pelotón abandona la ciudad, momento que un ejército de montadores “rojo Vuelta” emerge de su breve letargo para que, aquello que les costó 4 horas montar el día anterior, se recoja y cargue en 3 horas buscando su siguiente huésped.

Meta Grand Place

Mientras el pelotón agoniza y el vencedor va sudando su victoria en el agosto español, un equipo independiente de montaje está terminando la Gran Plaza de meta, el escenario de portadas y telediarios.

Ya sea en una gran avenida o en un escarpado risco, instalamos en menos de 5 horas un recinto ferial con los colores de cada patrocinador, las infraestructuras de telecomunicaciones, sets de prensa, zonas VIP y todas las necesidades deportivas, incluidos los espacios anti doping, arco de meta y parking de equipos. Y como nexo de todo, las 2.800 vallas que delimitan y publicitan a partes iguales.

El desolado asfalto ahora es un cubo de rubick repleto de vida que espera a su vencedor. El frenesí dura 45 minutos entre excitados buscadores de noticia, enfervorizados fans vestidos de merchandising y devastados ciclistas de mirada cansada oteando el camino del descanso.

El Pódium móvil centellea con los flashes de fotógrafos y entre bambalinas esperan los ganadores que acaban su jornada pública en la sala de prensa de este mismo motortruck. Dentro de la oficina Permanente itinerante de 40 metros cuadrados, 5 personas preparan las acreditaciones del día siguiente. Directores de carrera y jueces se reúnen en la sala de juntas de un camión que también hace de archivo. Los Comisarios de la Agencia Anti Dopaje hacen su trabajo en el movilhome habilitado con baños y salas de espera. Y finalmente el arco led de las torres de meta anuncia la llegada de los últimos corredores al ritmo del coche escoba.

Después, se apagan las cámaras. Las hormigas rojas de M2 comienzan a llenar el inmenso baúl de La Vuelta. Una carga de 15 camiones que arrastran las ilusiones ciclistas hasta el siguiente destino.

Así 23 días seguidos.

Nos vamos y el asfalto vuelve a ser triste y monótono.